Allan Kaprow ha pasado a la historia del arte del siglo XX como un innovador conceptual de gran altura e influencia. En sus obras siempre late una preocupación: conseguir que la frontera entre el arte y la vida sea invisible, inexistente —suya es la frase «la línea entre el arte y la vida debe mantenerse tan fluida, y quizá indistinta, como sea posible»—, y para ello trabajó en todo tipo de actividades que influyeron en movimientos y colectivos como Fluxus o el body art. En paralelo a su carrera artística, Kaprow fue un ensayista perspicaz que documentó desde el comienzo todos los avances del arte moderno en el underground de Nueva York. Su primer ensayo (incluido en este volumen), El legado de Jackson Pollock, no sólo es una de las disecciones más brillantes de un artista incomparable, sino también la primera pieza en la que aparece la palabra «happening».