Tanto Charles Baudelaire (1821-1867) como Gustave Flaubert (1821-1880), nacidos el mismo año, son considerados unánimemente como los «padres» de la modernidad literaria, el primero por lo que respecta a la poesía y el segundo a la novela. Sus dos obras más emblemáticas, Las flores del mal (1857), en el caso de Baudelaire, y Madame Bovary (1856), en el de Flaubert, fueron demandadas, cuando su aparición, por daños a la moral pública y dieron lugar a sonados procesos celebrados el mismo año de 1857. Este hecho, sumado a la amistad que los dos mantuvieron, invita a confrontar sus trayectorias tanto biográficas como literarias, que ofrecen curiosos y ricos contrastes. En ambos, la convicción de que el arte se sustrae a la esfera de la moral, por cuanto obedece a sus propias reglas, que son las de la verdad y la belleza, abrió el camino a una nueva estética y a una nueva concepción del oficio del escritor.