Denton Welch (1915-1948) nació en Shanghái, creció en Inglaterra y su principal ambición fue la de convertirse en pintor, hasta que un día le atropellaron cuando paseaba en bicicleta. El accidente, ocurrido cuando tenía veinte años, lo dejó parcialmente paralizado y le empujó a escribir una obra mínima en la que se mezclan la memoria y la nostalgia. Murió a los treinta y tres años como consecuencia de las secuelas que le dejó el atropello.