Shen Congwen (1902 – 1988) nace en el seno de una familia de militares en la región de Fenghuang, al oeste de Hunan. A los veinte años abandona la carrera militar y se marcha a Pekín con la intención de estudiar y dedicarse a la literatura. Este soldado autodidacta, transformado en un prolífico autor humanista, se convertirá en uno de los protagonistas de la reforma literaria y de la fundación de la narrativa china moderna. Sin embargo, su desvinculación de la vida política le costará el rechazo tanto de nacionalistas como de comunistas y en 1949 abandonará la literatura para dedicarse a la arqueología. Tras ser borrado de la historia literaria china durante unos treinta años, su obra será recuperada en la década de 1980. La crítica lo ha considerado «el mejor impresionista de la literatura china moderna».