ISBN
978-84-949581-6-8
FECHA DE PUBLICACIÓN
20/05/2019
PÁGINAS
224
PRECIO
21,90€
FORMATO
14 x 21,2 cm
EDICIÓN
1
IMPRESIÓN
1
Edición de Lisa Colletta
Traducción de Juan Manuel Salmerón Arjona
Entre 1935 y 1940, Christopher Isherwood mantuvo una intensa relación epistolar con su madre, Kathleen. Fueron los años en que el escritor británico, tras abandonar Berlín en pleno auge del régimen nazi, estuvo recorriendo Europa en busca de asilo político para él y, en especial, para su amante Heinz, que había sido llamado a ingresar en el ejército alemán. A lo largo de este periplo con un ambiente prebélico y asfixiante de fondo, su madre fue la receptora de las confidencias, los miedos y las agudas observaciones de Isherwood, en un lustro convulso que concluyó con la marcha definitiva de Isherwood a Estados Unidos, donde desarrolló toda su obra de madurez al abrigo de la industria de cine de Hollywood.
Esta es, por lo tanto, la voz de la última juventud de Isherwood: sus cartas no solo muestran la afectuosa relación que tenía con su madre, sino que también abarcan el periodo de gestación de su vocación de escritor, a la vez que sirven de documento vívido sobre el último suspiro de la Europa de entreguerras. En definitiva, constituyen un valioso texto salpicado de abundantes notas coloristas y de una alta calidad literaria, que en esta edición viene profusamente acompañado de fotografías, reproducciones de las cartas originales y un estudio preliminar, con anotaciones pertinentes, a cargo de la académica Lisa Colletta.
Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte.
«Las cartas nos emocionan y nos hacen reflexionar porque son una crónica de la Europa de los años treinta hecha por un testigo presencial que es un agudo observador. En estas cartas, que escribe, claro está, sin saber el cariz que tomarían los acontecimientos, Isherwood habla de la situación política en Europa y del activismo de sus amigos con una franqueza y una inmediatez que nos transmiten vívidamente la confusión, las esperanzas y el miedo de la época. Le escribe frecuentemente a su madre desde Copenhague, Bruselas, Amsterdam, París, Portugal, China, Nueva York y Hollywood, contándole la angustia que siente por su amante alemán, Heinz, las dudas que tiene sobre su escritura y sobre sí mismo, y los sentimientos que le inspiran las críticas de su obra. Habla de otros escritores y de amigos de la familia, le cuenta a su madre anécdotas divertidas –aunque censuradas– de conocidos y refiere con bastante detalle sus gastos y los crecientes ingresos que obtiene con su obra. Es Christopher en el papel de hijo amoroso, que tiene en cuenta los sentimientos y prejuicios de su madre, aunque no se libra de la tentación de narrar.» LISA COLLETTA
La Nueva España – La Brújula
El Mundo – La Esfera de Papel