Chiyo Uno (1897-1996) fue una de las novelistas más leídas de Japón en el siglo XX. Su salto a la fama se produjo con Confesiones de amor (1935), un texto escrito en un periodo especialmente turbulento en la historia de su país, y que causó conmoción por el desafío que planteaba contra la institución del matrimonio. Inspirada en su propia vida y, en particular, en su relación con el artista Seiji Tōgō, fue el comienzo de una brillante trayectoria literaria que culminó en 1983 con el libro de memorias Seguiré viviendo, donde se reivindicaba como una mujer libre que suscribía sin enmiendas su vida escandalosa y legendaria, y que fue convertida en serie de televisión. Además de su trayectoria literaria, Chiyo Uno también fue conocida como una de las mejores diseñadoras de kimonos de su tiempo.